13 de diciembre de 2022

La mirilla virtual

   


     Mis antiguos vecinos virtuales exhibían en voz alta todas sus conversaciones amorosas. Lo hacían con tanto fervor que siempre pensé que se amaban. 

      A mí me molestaba su exhibicionismo y como no tengo vocación de voyeur, a coste cero, me mudé de barrio. 

      Una noche regresé al viejo apartamento para cerrar las ventanas. El edificio estaba abandonado. Dicen las malas redes que el mismo día que yo me fui, ellos gritaron a los cuatro vientos que ya no se amaban. 

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