Tengo la casa entera ocupada por todas las ganas de ti. Son ocupas que llegaron para quedarse unos días, y ya se me han acomodado para toda la vida.
  
Cada semana llegan nuevas ganas de ti. Se pasan la llave que abre mi puerta y se alojan en cada hueco que ven libre. 
Se asoman a todas las ventanas y pasean la mirada calle abajo, calle arriba.
Duermen contigo. 
No se atreven a doblar la esquina. 
  
 
 
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