Creer que casi todo depende de ti
Soñar con todas las utopías, alguna vez en la vida
Saber que hay cosas que no las podrás cambiar
Vivir la vida que te tocó sin mirar a nadie más
Recorrer tu camino sin enterrar tus sueños
Creer que casi todo depende de ti
Soñar con todas las utopías, alguna vez en la vida
Saber que hay cosas que no las podrás cambiar
Vivir la vida que te tocó sin mirar a nadie más
Recorrer tu camino sin enterrar tus sueños
Da igual escribir o viajar de forma compulsiva,
comprar, beber o irse lejos a sufrir todos los conflictos del mundo.
Son diferentes vías que llevan al mismo destino:
Huir de ti mismo.
Lo difícil es meditar. No alejarte, no salir de ti, ni de tu metro cuadrado
quedarte
y conseguir ahí tu propia paz.
̶ ¿Qué te pasa, Ayla? Te noto apagada ̶ supongo que él lo dice porque no estoy como siempre, con la sonrisa en la boca.
̶ Ando en una transición espiritual ̶ le respondo ̶ . Hasta hace poco le concedía un valor importante al ser humano, digamos que le otorgaba un 7 sobre 10. Sin embargo, he tenido una noche muy reflexiva y desde hoy sólo le doy un 2, siendo generosa, claro.
̶ ¡Qué pesimista! ̶ añade, dejando un semblante disconforme que inmediatamente corrobora diciendo: ̶ así no se puede ir por la vida. Tampoco te va tan mal, Ayla.
No digo nada. Sólo pienso en mis razones, pero no contesto de forma automática. Tengo experiencias suficientes en mi espalda que argumentan mi conclusion, pero sería una pérdida de tiempo, porque podría parecer que sólo es una percepción personal, y además, me callo porque no se puede debatir con “un dos”: una certeza que descubrí hace mucho tiempo y que sigo a rajatabla.
̶ Existen 56 conflictos armados activos en el mundo ̶ al final hablo porque no lo puedo resistir, y quiero poner un argumento menos cuestionable ̶ . ¿Así queda más claro?
A él le gustaba ejercer la sabiduría. Le encantaba cualquier actividad destinada a adquirir, desarrollar y mantener una habilidad para interpretar el mundo. Por eso, cultivaba el universo de la palabra, también practicaba cualquier deporte y por supuesto, guardaba el rincón de los afectos para los seres humanos. Se acercaba mucho a los más sencillos.
Le gustaba hablar y comer con los pastores, dormir solo en el monte y soñar despierto.
Entiendo las consignas a la primera
y también amo la simplicidad.
En consecuencia, tus anáforas me parecen tan sobrantes
como improductivas.