A él le gustaba ejercer la sabiduría. Le encantaba cualquier actividad destinada a adquirir, desarrollar y mantener una habilidad para interpretar el mundo. Por eso, cultivaba el universo de la palabra, también practicaba cualquier deporte y por supuesto, guardaba el rincón de los afectos para los seres humanos. Se acercaba mucho a los más sencillos.
Le gustaba hablar y comer con los pastores, dormir solo en el monte y soñar despierto.
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