En la riqueza o en la pobreza, en la salud o en la enfermedad, solo existen dos clases de personas: las que ayudan primero y las que primero defienden sus intereses.
Los interesados además son impostores, porque a menudo tratan de pasar por generosos, y si pueden, se aprovechan de ellos. Son los cobardes de cualquier trama y los malos de la película.
Imagen por Ayla Michelle |
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