La grandeza no es la de su estatura. El talento no es proporcional a los likes. La sabiduría no reside en sus caderas.
El corazón y la cabeza lo tenemos situado de cintura para arriba.
Por ese orden.
La grandeza no es la de su estatura. El talento no es proporcional a los likes. La sabiduría no reside en sus caderas.
El corazón y la cabeza lo tenemos situado de cintura para arriba.
Por ese orden.
Si no piensas en las consecuencias de tus palabras, es mejor que guardes silencio.
Una palabra puede matar, pero no hay una sola letra que consiga que los muertos vuelvan a la vida.
Piénsalo primero.
—¿Bebiendo a las diez de la mañana? —pregunté por puro formalismo, porque me daba igual lo que él quisiera desayunar.
—Solo bebo para olvidar —me respondió mirando ciegamente su copa.
—¿Y has probado la hipnosis?