Ella es un ser de nobleza existencial, porque su verdad no tiene nada de azul pero su sangre tiene el color del fuego.
Ella cree en la vida, en la honradez y en el amor. Alguien que cree en la infancia con mayúsculas por encima de todo.
Solo un ser mitológico , como ella, podría vivir al límite de los sueños irreales del mundo, siempre apostando por el valor incuestionable del ser humano.
Ella muere cada día por la música. Y solo ella es capaz de convertir toda su esencia en una mujer real y después hablarte, sonreír o tomarse contigo una cerveza y seguir siendo aparentemente la misma.
Ella es alguien que consigue sacar del mar hasta lo que Dios le negó un día y acto seguido se lo bebe todo de un trago brindando siempre a tu bendita salud.
En la historia de mis tiempos ninguna sirena se convirtió, ni en sueños, en una mujer tan guapa.
Pero hubo un día en el siglo XXI en el que el mundo se dio la vuelta, y entonces, alguien se levantó del océano y por arte de magia apareció ella.