30 de abril de 2016

Oui, c'est moi


No necesito a nadie que me suplante para saber que me he convertido en tu oscuro objeto de deseo. No me hace falta la carnalidad de la boca de ninguna otra porque el silencio de mis labios finos y la fuerza oculta de mi voz francesa pegan fuerte en tu pecho cuando en él se muere lapidado un beso. 

No quiero el negro lacio de ningún otro cabello cuando es el fuego del mío el que te quita la escarcha del sueño. Toma lo que ves y peínalo como puedas porque no vas a encontrar ningún otro enredo que se le parezca. 

No busques la mirada de otras cuando vienes a encontrar ciegamente cualquier destino tuyo en el mío. No te acuchillan a ti las palabras. Es el silencio que se clava en tu alma como una daga que tiene el filo de mil palabras que yo no escribo y que a ti te desangran.

No vuelvas a humillar ni un solo centímetro de la piel que recubre y escuda todo mi silencio porque sólo tendrás para toda la vida los ojos, las manos y el alma de alguna otra como ella, vestida con fotos de otras muchas que nada tienen que ver con la mujer verdadera. 


24 de abril de 2016

Ahora

Si hoy estuvieras vivo, seguro que ayer habrías dejado olvidada una flor en mi casa y en el salón de la tuya yo hubiera encontrado un sitio para que tuvieras otro libro. 

Si hoy estuvieras vivo, mañana te contaría que me cuesta querer y que aún soy más difícil para permitir que alguien me quiera. Algo que ya sabías de mí cuando estabas vivo, pero aun así te lo contaría.

Si mañana estuvieras vivo, podría decirte que he descubierto que el amor es imposible de matar. Que el amor es el único que se muere de muerte natural. 

Pero la verdad es que ayer ya estabas muerto y que también lo estarás mañana. Entonces me pregunto qué hago con todo esto.

Mejor lo escribo.



Tu lirio

  
 Una flor en mis sueños se volvió pájaro para volar hasta tu ventana. Un ruiseñor que en sus alas esconde la llave de brisa maestra que puede abrir todas tus puertas. 

       El lirio de su mirada se hizo tierra con la que regar tus lágrimas, y el azul de su pluma un verso que me enseñó a susurrar por la mañana.

Imagen por Idoia Laurenz.